FRAGMENTO MENSAJES ANÓNIMOS

 

– Con 16 años un grupo de compañeros y compañeras de clase nos fuimos al puerto a celebrar que habíamos aprobado el curso. El tiempo no era bueno pero decidimos salir a dar una vuelta en un velero 470 propiedad de uno de ellos. El marinero del puerto nos aconsejó no salir porque el viento parecía que iba a arreciar y no era seguro. Nuestra juventud y ganas de juerga pudieron más que la lógica y decidimos embarcar de cuatro en cuatro. El primer grupo volvió al puerto después de hacer varios largos porque el viento era algo fuerte. Los que aún no habíamos salido quisimos hacer por lo menos un largo poniendo cómo escusa que si nos pasaba algo estaba la zodiac de la cruz roja allí mismo dando vueltas y nos echarían una mano en caso de apuro. No nos habíamos alejado ni 50 metros cuando el viento arreció y al ir a hacer la primera virada  volcamos cómo era de esperar y nos fuimos todos al agua. En menos de un minuto la zodiac estaba a nuestro lado y dos de los voluntarios saltaron al agua para ayudarnos, uno de ellos sujetó a la otra chica y la condujo a bordo, el otro vino directamente hacia mí que estaba algo más alejada. La ropa no me permitía casi moverme. decidí sacar la camisa de dentro del pantalón y abrir la cremallera del chándal que llevaba encima. En ese momento sentí cómo un brazo rodeaba mi cuerpo por detrás y me decía.

– Tranquila, ponte de espaldas y mantén la cabeza alta, no tengas miedo te tengo bien sujeta.

– Que me tenía bien sujeta no tenía que decírmelo, notaba la presión de su brazo sobre mi pecho. Poco a poco nos fuimos acercando a la zodiac, cuando llegamos noté cómo me soltaba mientras que el que estaba arriba me agarró por detrás del cuello del chándal y tiró con todas sus fuerzas para subirme a bordo. En ese momento instintivamente levanté los brazos y el muchacho se quedó con mi camisa y el chándal en la mano. Pero eso no fue todo, al subirme la ropa toda mojada que estaba pegada a mi cuerpo arrastro hacia arriba el sujetador que me quedó muy bien colocadito alrededor del cuello mientras por mi propio peso volvía a caer al agua justo entre los brazos del que me había arrastrado antes. Sentí sus fuertes manos agarrándome cuando caía pero no pudo impedir que mi cuerpo resbalase sobre el suyo y que su cara acariciase todo mi pecho desnudo cuando ambos nos hundimos en el agua. El escalofrío que sentí puedo garantizarte que no tuvo nada que ver con la temperatura helada del agua. Al emerger allí estábamos los dos, frente a frente, cómo pude le pedí por favor que me separase un poco de su cuerpo para poder colocarme el sujetador en su sitio. El me miraba divertido contemplando la escena mientras yo intentaba meter mis pechos y colocar en su sitio unos pezones que estaban a punto de reventar.

– Por Dios que vergüenza, que vas a pensar de mí.

– Lo único que puedo pensar es que me alegro de conocerte peque, soy Pablo.

– Yo también me alegro, soy Fany.

– Ehhh pareja dejar de magrearos y volver a la zodiac, esto empieza a ponerse feo, oímos que nos gritaban.

–El frio había desaparecido de mi cuerpo, me encontraba en la gloria entre sus brazos y no me hubiese importado quedarme allí para siempre. Ya ves, mi primer encuentro con él fue de lo más porno.

Laura reía a carcajadas.

– ¿Qué ocurrió después?

Por hoy es suficiente. Dentro de muy poco os enseñaré su portada para que lo reconozcáis fácilmente. Hasta entones un poquito de paciencia.