Según el diccionario de la Real Academia Española, el miedo es la perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño, real o imaginario.
El miedo es el enemigo n.º 1 del éxito. Menoscaba poco a poco la confianza que uno tiene en sí mismo. La persona insegura es negativa y por lo tanto mucho más propensa a tener miedo que la persona positiva que cree en el éxito y lucha para alcanzarlos sin perder mucho tiempo contemplando si tiene miedo o no.
Para librarse de los miedos lo primero que hay que analizar es a qué es a lo que tememos y cuando lo tengamos claro, pasaremos a la acción para vencer ese miedo.
Si nos paramos a pensarlo fríamente los miedos que podamos tener suelen ser bastante infantiles, lo que ocurre es que nuestro cerebro cuanto más pensamos en ello más lo magnifica y saca sus conclusiones, conclusiones que la gran mayoría de las veces son erróneas. Imaginemos una persona joven, tímida, insegura de sí misma, que por lo que sea llega tarde al trabajo y al entrar un compañero le dice:
«Fulanito, el jefe ha preguntado por ti y quiere verte». La primera reacción va a ser de miedo. Su mente comienza a pensar las mil cosas que le puede decir el jefe, tales como «estas no son horas de llegar», «te lo descontaré de tu próxima nómina» o en el peor de los casos: «estás despedido». Eso es lo que su cerebro piensa, pero no necesariamente es lo que tiene que suceder, al contrario, el jefe le dijo—el expediente que me presentaste ayer estaba perfecto, felicidades.. Por cierto, ¿te ocurre algo serio para que hoy hayas llegado tarde? ¿puedo ayudarte?». Este ejemplo ilustra perfectamente lo que decimos de los miedos infundados, lo que ocurre es que tendemos más a pensamientos negativos que positivos y así nos va muchas veces.
El historiador Romano Tito Livio (59 a. C. – 17 d. C.) decía: «El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son».
La inactividad cultiva el miedo. La acción cultiva la confianza y el valor. Si quieres vencer al miedo no te quedes sentado en casa pensando en él. Sal y enfréntate a él».
Dale Carnegie, escritor norteamericano de libros de autoayuda (1888-1955) decía: «nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo».
Como he dicho antes, el mayor enemigo para lograr lo que nos propongamos es el miedo, y sobre todo y por encima de todos, el miedo a las personas que nos rodean. Miedo a quedar en ridículo frente a ellas, miedo porque nos creemos inferiores, miedo a mirarlas de frente Miedo, miedo, miedo… Y yo me pregunto: ¿miedo a qué? Si ponemos desnuda a la gente frente a nosotros somos exactamente iguales.
El historiador Romano Tito Livio (59 a.c-17 d.c.) decía “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son».
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