SÍNDROME DEL «ABUELO -ESCLAVO»

SÍNDROME ABUELOS ESCLAVOS

SÍNDROME ABUELOS ESCLAVOS

  No nos engañemos más queridos amigos, casi el 90% de vosotros estáis deseando veros «libres de la esclavitud» del trajín diario con vuestros nietos  por lo menos durante una larga temporadíta. (Digo vosotros porque yo por suerte o desgracia tengo a los míos muy lejos de mi ) No conozco a ningún abuelo que esté en esta circunstancia con el cual no haya hablado que en la conversación no se me queje de su «situación». Eso no significa que no quieran a sus nietos , me consta que los adoran. podría contaros mil y una anécdota  que   vendrían al caso, pero prefiero dejaros con estos comentarios más profesionales. Hay un capitulo en DESPIERTA dedicado a APRENDE A DECIR NO, quizás os sea interesante y pueda ayudaros en este tema. si quieres saber más te recomiendo que piques aquí.  

 Psicología : Síndrome del «abuelo – esclavo»

Este problema, muy común en la actualidad, puede acabar teniendo graves consecuencias para la salud física y mental de nuestros mayores.

Cuando las exigencias a los mayores crecen mientras que sus facultades merman el síndrome del abuelo esclavo se puede manifestar con graves consecuencias para su salud física y psíquica.

La carga más pesada
Las abuelas, acostumbradas a cuidar de sus hogares e hijos, cogen de nuevo el relevo para ocuparse de los nietos al llegar el momento en que podrían tomarse la vida con más calma. Puede que el abuelo también colabore ayudando con los niños, pero la peor parte siempre se la llevan ellas.

 

Demasiado estrés Ahí radica el problema, en un exceso de estrés, obligaciones y responsabilidades que acaba por sobrepasarlas. Si alguna vez se equivocan o se quejan, los hijos en lugar de comprensión les devuelven reproches y malas caras.

 

Los síntomas
Fatiga, molestias, tristeza y, sobre todo, manías de la vejez es lo que pensamos todos, mientras ellas se van encerrando en sí mismas y pierden el deseo de vivir. El síndrome de la abuela esclava acelera el envejecimiento y empeora el estado de salud, además de provocar una pérdida progresiva de habilidades para desenvolverse.
Si tú eres una de esas abuelas que se empieza a ver desbordada por las exigencias, tienes que romper el silencio. El cariño y la ayuda que prestes a tus hijos no deben anular tu independencia; tienes derecho a poner algunas reglas y hablar con claridad.

 

Evitar esta situación
Todos tiene la responsabilidad de evitar esta situación. Los hijos, nueras, yernos e incluso los nietos cuando van creciendo. Todos tienen la obligación de procurar una vejez feliz a los mayores. Hacerles partícipes de la vida familiar no significa explotarlos, hay que saber medir sus fuerzas, respetar sus deseos o necesidades y agradecer su ayuda sin descargar en ellos tantas obligaciones que no les corresponden.

 

El síndrome del “abuelo- esclavo” llega a los                     hospitales valencianos.

 

Se trata de un conjunto de síntomas psicológicos y físicos que sufren las personas mayores como consecuencia de los cambios sociales

11.10.13 – 12:43 – 

EFE | VALENCIA

Los especialistas de Psicología Clínica del Hospital de Manises han detectado en sus consultas un aumento de pacientes con el síndrome conocido como del ‘abuelo esclavo’, un conjunto de síntomas psicológicos y físicos que sufren las personas mayores como consecuencia de los cambios sociales.

En un comunicado, fuentes del centro sanitario han explicado que se trata de un «problema a nivel psicológico» pero al tiempo han alertado de que puede conllevar «graves consecuencias físicas».

Los principales síntomas físicos de esta dolencia consisten en agotamiento, falta de energía, dolor crónico, hipertensión arterial e, incluso, descompensación de enfermedades crónicas como la diabetes, según ha señalado la psicóloga clínica del centro hospitalario, María José Fernández Carbonell.

Además, a nivel psicológico, los pacientes sienten tristeza, irritabilidad, pérdida del sentimiento de disfrute, falta de atención e insomnio, sufriendo «un estado de preocupación y ansiedad constantes que se refleja en el aumento o pérdida del apetito y una baja autoestima», ha destacado la experta.

El colectivo más proclive a padecer este síndrome es el formado por mujeres de a partir de 50 años que se sienten «hiperresponsables, con elevada autoexigencia y dificultad para reivindicar sus propios derechos».

«Estas pacientes tienden también a una preocupación excesiva por el bienestar de su familia, y al tiempo han debido afrontar cambios sociales y económicos que han afectado a su funcionamiento y dinámica familiar», ha detallado la psicóloga.

Según las fuentes, la crisis económica está siendo uno de los «potenciadores» de este síndrome, ya que la escasez de recursos económicos dificulta a muchas familias beneficiarse de servicios de canguro o guarderías que constituirían un apoyo instrumental importante en estas situaciones.

Aunque el síndrome del ‘abuelo esclavo’ se da en cualquier clase social o económica, se agrava en el caso de familias de un «estrato socioeconómico bajo, con penurias económicas y donde no es raro encontrar varias generaciones de familiares viviendo bajo el mismo techo».

Los expertos animan a que, si una persona mayor se encuentra en esta situación, lo consulte a su médico de cabecera y solicite la ayuda de un psicólogo, y advierten de que en muchos casos se tiende a relativizar la situación y restar importancia al sufrimiento, «lo que ocasiona la detección tardía del problema».

Los ancianos que sufren este síndrome se suelen quejar de dolor físico y no emocional, y suelen ser los propios médicos de atención primaria quienes intuyen el problema real del paciente y le derivan a las Unidades de Salud Mental.

Algunos consejos para que los ancianos puedan disminuir su «nivel de sobrecarga» es cuidar de su salud física y mental, tomarse tiempo cada día para sí mismos, dormir y alimentarse bien, planificar su tiempo, cultivar las relaciones sociales y dialogar con sus familias para establecer un reparto equitativo de las tareas del hogar y del cuidado de la familia.

Para ver más pincha aquí.

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