Buenos días mis queridos amigos (genérico).

LA VIDA ES SORPRENDENTE.  Hace ya muchos años que he desistido de entender el porqué de las cosas que suceden en la vida y he aprendido que todo ocurre por alguna razón, aunque nosotros  insignificantes mortales, no lo lleguemos a comprender.

Hace unos días, tomando un café con Aurora en Elche, después de haber ido a la librería Ali i truc donde el próximo día uno firmaré ejemplares de mis obras, me ocurrió la cosa más extraña que me podía esperar.

Un hombre se acercó a nuestra mesa……

—Disculpen que les moleste. ¿Podría decirme si nació usted en Madrid hace aproximadamente unos 70 años?—me preguntó.

La pregunta me cogió por sorpresa ya que no  conocía de nada a aquella persona unos diez años más joven que yo, aun así le contesté.

—Sí, soy Madrileño, pero todavía  no he cumplido los 70 ¿nos conocemos?

—Le conozco porque hace muchos años oí a un familiar hablar de usted. Me contó que usted había nacido en su casa y él había ido a atender a su madre en el parto, ya que era médico.

¡Madre mía! El destino, o lo que sea, había traído a mi presencia a un familiar de la persona que tuvo la osadía al verme sin boca, piernas ni manos de decirle a mis padres que no viviría más de dos horas. Había escuchado esa parte de mi historia muchas veces  en boca de mis padres, y sabía la respuesta que ellos le dieron.—Solo Dios conoce las razones para haberle permitido que venga al mundo, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que sea una persona normal.

—Como podrá ver  equivocó. No conocía a mis padres. Todo lo que soy se lo debo a su fe y entrega, gracias a ellos hoy soy una persona completamente normal. Le contaré un secreto amigo mío: cuando estudiaba la carrera de Terapia Ocupacional estuve tentado de buscarle para decirle que se había equivocado, pero al final me pregunté—¿para qué?.

—Viéndole hoy aquí no cabe la menor duda de que lo consiguieron—respondió—no puede imaginarse la de veces que se arrepintió de esas palabras.

Por lo visto el buen doctor hace años que murió y yo continuo aquí. Y la vida continúa sin que nosotros lleguemos jamás a comprenderla del todo. Ahora, Carlos es nuestro amigo y he decidido ayudarle con la rehabilitación de su nieto que padece P.C.I (parálisis cerebral infantil).

Así es la vida amigos. Si ese médico hubiese sabido que tenía en sus brazos a la persona que en el futuro  ayudaría al hijo de un familiar suyo, quizás nunca hubiese dicho lo que dijo.

!SE LA VIE!

Carpe díem.